El estrés y el trauma

El estrés y el trauma

Qué nos ocurre cuando tenemos que afrontar día a día las situaciones difíciles de la vida (trabajo, familia, amigos). Espontáneamente nos tensamos física y emocionalmente como respuesta de defensa y alerta.

Y en muchas ocasiones nos encontraremos reaccionando con estrés y ansiedad.
Si estas situaciones y reacciones son largas en el tiempo pueden influir gravemente en nuestra salud física, psíquica y emocional. Pero lo más importante no es que sucedan, sino como nos enfrentemos a ellas.
Si lo hacemos sol@s el aislamiento va creciendo a nuestro alrededor ¿no estaremos contribuyendo a aumentar el dolor, la soledad, el desamparo, la incomunicación?, si nos alejamos de los vínculos ¿no estaremos aumentando la desconexión, el aislamiento, la enfermedad?. No hablo de que la fusión sea lo adecuado, todo lo contrario, creo que la individualidad es uno de los principios de la salud. Pero una individualidad conectada con el resto de la sociedad, (l@s amig@s, familia, compañer@s de trabajo, vecin@s) con los cercanos y con los que vamos conociendo en el movimiento de la vida.
Berceli, nos comenta en su libro La liberación del Trauma, ”Ya que no podemos impedir estos momentos (separaciones, enfermedad, desamores, accidentes) la respuesta adecuada es sencillamente permitirles ser lo que son”, y permitirnos a nosotr@s sentir y hacer solo en la medida en que podamos. No ir en contra de estas situaciones, sino aprender de ellas, fortalecernos para afrontar con más entereza las siguientes. Sin demasiados esfuerzos que nos agotan, nos enfadan y de forma extrema nos desconectan o disocian. Seguramente desearíamos que no hubieran ocurrido, nos enfadamos y lloramos revelándonos al hecho.
Estamos preparados para experimentar, soportar y sobrevivir a los acontecimientos estresantes.

Estamos preparados para experimentar, soportar y sobrevivir a los acontecimientos estresantes.
El ser humano es un organismo absolutamente moldeable, con capacidad de adaptación y de aprendizaje. Cuando nos aferramos a la lucha contra lo que ha ocurrido y más que a la lucha a la guerra, es porque queremos que las personas y las situaciones de mi vida sean como yo quiero que los acontecimientos ocurran tal como yo deseo. Es una posición de orgullo y de rigidez. Entonces, tenemos la batalla perdida, porque aunque aparentemente hayamos ganado, el coste ha sido tan alto que entraremos en una situación de angustia y estrés.
Poder aprender de todos los acontecimientos que vivimos es un entrenamiento para la vida. Atravesarlos y no negarlos sería lo más conveniente.
Y no en soledad sino en compañía. Una compañía que escuche, comprenda, arrope y apoye desarrollando la fuerza para continuar.
Somos parte de la vida, del mundo en constante movimiento y cambio. No podemos parar, nuestra energía se mueve de forma pulsatoria y solo cuando dejamos de hacerlo el estrés, la ansiedad, el miedo, el desasosiego se apodera de nosotr@s.
Por lo tanto no dejemos de pulsar de forma individual o en compañía.