En el curso que realizamos en Altea acabamos de explicar tres maneras en las que nos enfrentamos a un desafío.
Los desafíos a los que nos enfrentamos pueden ser físicos, psíquicos o emocionales.
Los tres suponen situaciones de estrés y por lo tanto exigen una respuesta.
Nuestro Sistema Nervioso Autónomo puede reaccionar de tres maneras.
Desde el Sistema Autónomo Simpático podremos: enfrentarnos a la situación o huir de ella.
Y desde el Sistema Autónomo Parasimpático paralizarnos.
Stephen W. Porges creador de la teoría polivagal nos explica que ante situaciones de intenso terror o en situaciones de temor ante la perdida de la vida, nuestro sistema parasimpático vagal dorsal reacciona paralizándonos. Y por lo tanto desconectándonos. Es una reacción defensiva que se produce especialmente ante abusos o situaciones de temor.
Estas tres maneras de reaccionar o de adaptarse ante un desafío si se prolongan a lo largo del tiempo, es decir, no son puntuales, tendrán consecuencias tanto físicas como psíquicas a lo largo de nuestra vida.
Estas defensas irán estructurando nuestro cuerpo.
Las defensas son psicocorporales e irán creando una determinada estructura corporal, acompañada de gestos y movimientos típicos de cada estructura. Y unida a cada defensa psicocorporal encontraremos también movimientos psíquicos y emocionales, que se irán repitiendo creando en conjunto lo que los Analistas Bioenergéticos llamamos Carácter.
Patrones de funcionamiento emocional para poder vivir con menos dolor. Esta estrategia que hemos construido inconscientemente para poder sobrevivir y que durante un tiempo nos ha podido ayudar, puede convertirse en una forma rígida, difícil o imposible de cambiar, es lo que nos provocara en si la enfermedad.
Es el carácter, la manera rígida de estar, de relacionarse, de moverse, de afrontar los desafíos aunque estos sean diferentes, el carácter los afrontara siempre igual. Creando a medio y largo plazo alteraciones y enfermedades psicosomáticas.
Desde el trabajo psicocorporal, nuestra intención es poner a la persona en contacto con su cuerpo, sus emociones y su manera de reflexionar y resolver cognitivamente las dificultades. ¿Cómo lo hacemos?, trabajando psicocorporalmente para disolver la desconexión, identificando a la persona con su vida presente y con su historia. Con su foto(situación actual) y con su película (historia). Dando la posibilidad de descongelar patrones antiguos que sigo viviendo en el presente con las limitaciones pertinentes. Creo mi presente y mi futuro con patrones del pasado, por este motivo a veces tenemos la sensación de repetición. Mis relaciones se repiten, los conflictos se repiten, la forma de solucionarlos también. Es en este momento, cuando trabajar psicocorporalmente es imprescindible.